Las continuas largas de Marruecos a la hora de abrir la aduana comercial en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla ha vuelto a evidenciar que de Marruecos no se puede fiar nadie, es un país mediocre que no tiene credibilidad ninguna, y este hecho, una vez más, ha generado una situación tensa. El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, ha admitido, mientras tragaba saliva que se trata de un mecanismo complejo que requiere una verificación exhaustiva. Sin embargo, también destacó que en una expedición comercial reciente, se logró por primera vez la entrada de mercancías desde Marruecos hacia las dos ciudades autónomas. A pesar de esto, persiste la frustración y la sensación de engaño, ya que ha quedado manifestado una vez más que Marruecos solo hace una "pantomima" para aparentar que hace sin hacer.